La elección de una de las técnicas de estudio correcta es una parte crucial del proceso de aprendizaje que con demasiada frecuencia los estudiantes se saltan. Elegir el mejor método de estudio para la situación puede ayudar a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial, mientras que una técnica de estudio mal elegida acabará con cualquier progreso real, por mucho que el estudiante se esfuerce en estudiar.

Si estás leyendo este artículo, es probable que seas la excepción, pero la realidad es que la mayoría de los estudiantes recurren a técnicas para estudiar ineficaces. De hecho, los investigadores han descubierto que entre el 83% y el 84% de los estudiantes confían en la relectura: un método de estudio que proporciona beneficios muy limitados.

Existen métodos de estudio muy superiores a la relectura. Técnicas que han sido desarrolladas e investigadas por los mejores científicos del aprendizaje del mundo. Sin embargo, sorprendentemente pocos estudiantes han oído hablar de ellos. Por eso, ser capaz de utilizarlos de forma eficaz te dará no sólo una ventaja, sino toda una ventaja sobre la competencia.

Tanto si estás en el instituto como si eres un adulto que vuelve a estudiar online, compaginar los estudios con otras responsabilidades puede ser un reto. Si estás al borde del agotamiento, aquí tienes algunas técnicas de estudio y consejos para estudiar que están científicamente probados para ayudarte a tener éxito.

Índice

1. Cómo prepararse para el éxito

Establece un calendario

“Oh, ya me pondré a ello” no es una técnica de estudio válida. Más bien, tienes que ser intencionado a la hora de planificar sesiones de estudio fijas.

En tu calendario, marca trozos de tiempo que puedas dedicar a tus estudios. Debes intentar programar un tiempo de estudio cada día, pero otros compromisos pueden hacer que algunas sesiones sean más largas que otras.

Las asignaturas más difíciles requieren más tiempo de estudio. Planifica tus horarios de estudio teniendo en cuenta el temario.

Estudia a tu ritmo

¿Digieres el contenido rápidamente o necesitas tiempo para asimilar el material? Sólo tú sabes qué ritmo es el mejor para ti.

No hay un ritmo de estudio exacto (o inexacto). Así que no intentes igualar la velocidad de otra persona.

En lugar de eso, a través de la prueba y el error, encuentra lo que funciona para ti. Sólo recuerda que estudiar más despacio requerirá que dediques más tiempo a tus tareas escolares.

Descansa un poco

El cansancio no ayuda a nadie a rendir al máximo. Tu cuerpo necesita descansar; dormir lo suficiente es crucial para el funcionamiento de la memoria.

Esta es una de las razones por las que es tan importante programar el tiempo de estudio: reduce la tentación de quedarte despierto toda la noche empollando para un gran examen. En su lugar, debes procurar dormir siete o más horas la noche anterior a un examen. Es una de las técnicas de estudio más fáciles, ¿no?

Limita las siestas previas al estudio a 15 o 20 minutos cada vez. Al despertar, haz algunos estiramientos o ejercicios ligeros para preparar tu cuerpo y tu cerebro para el trabajo.

Silencia tu teléfono móvil

Las interrupciones de tu teléfono son conocidas por romper tu concentración. Si te distraes para comprobar una notificación, tendrás que volver a centrar tu cerebro antes de volver a sumergirte en tus estudios.

Considera la posibilidad de apagar los sonidos de tu teléfono o poner el dispositivo en modo no molestar antes de empezar. También puedes descargarte aplicaciones para estudiar que bloquean temporalmente tu acceso a las redes sociales.

Si sigues teniendo la tentación de consultar tu dispositivo, simplemente apágalo hasta que termines de estudiar.

Relájate

Las investigaciones demuestran que el estrés dificulta el aprendizaje y la retención de la información.

Algunas técnicas para combatir el estrés son:

  • Respirar profundamente.
  • Escribir una lista de tareas que tienes que abordar.
  • Hacer un ejercicio ligero.

Intentar despejar la cabeza antes de empezar con tus técnicas de estudios.

2. Crea tu espacio de estudio perfecto

Elige un buen lugar para estudiar

Hay un delicado equilibrio cuando se trata del mejor lugar de estudio: Necesitas un lugar que sea cómodo sin que sea tan relajante que acabes quedándote dormido. Para algunas personas, eso significa trabajar en un escritorio. Otros están mejor en el sofá o en la mesa de la cocina. Tu cama, en cambio, puede ser demasiado cómoda.

Rodearte de paz y tranquilidad te ayuda a concentrarte. Si tu familia hace mucho ruido o hay obras delante de tu ventana, puede que tengas que trasladarte a un dormitorio en el piso de arriba, a una cafetería tranquila o a tu biblioteca local.

Elige bien tu música

Los auriculares con cancelación de ruido también pueden ayudar a limitar las distracciones.

Es mejor escuchar música tranquila que melodías fuertes. Algunas personas se sienten mejor con música instrumental de fondo.

Las canciones con letra pueden desviar tu atención de los libros de texto. Sin embargo, algunas personas pueden soportar escuchar canciones con letra, así que puedes experimentar y ver qué te funciona. Incluye lo que mejor te resulte dentro de tus técnicas de estudio.

Sólo recuerda que no hay presión para escuchar ninguna música. Si trabajas mejor en silencio, no dudes en apagar el reproductor de música.

Apaga la TV

Si las letras de las canciones te distraen, ¡imagina lo que puede ser la televisión! Un método de estudio serio requiere que apagues el televisor.

Lo mismo ocurre con escuchar a los locutores de radio. Oír voces de fondo te quita la atención de tus estudios.

Utiliza sonidos de fondo

Apagar la televisión, la radio y tu canción pop favorita, no significa que tengas que estudiar en total silencio. Los sonidos suaves de fondo son una gran alternativa.

Algunas personas disfrutan escuchando los sonidos de la naturaleza, como las olas del mar o el crujido de un trueno. Otros prefieren el zumbido de un ventilador.

Prepara comida para estudiar

Un estómago rugiente puede apartar tu mente de los estudios, así que no dudes en picar algo mientras trabajas. Mantén tus tentempiés al alcance de la mano, para que no tengas que dejar tus libros para encontrar comida.

Alimenta tu próxima sesión de estudio con algunos de los siguientes productos:

  • Carne magra
  • Frutos secos
  • Uvas o rodajas de manzana
  • Chocolate negro

Opta por tentempiés que potencien tu cerebro y te mantengan alerta. Evita los productos con alto contenido en azúcar, grasa y carbohidratos procesados.

3. Elige una técnica de estudio que te funcione

Leer sin pensar los apuntes o los libros de texto no es un método eficaz de estudio; no te ayuda a procesar la información. En su lugar, debes utilizar una estrategia de estudio de eficacia probada que te ayude a pensar en el material y a retener la información.

Método SQ3R

Con el método SQ3R de lectura, aprenderás a pensar críticamente sobre un texto. Las siglas vienen del inglés (Survey, Question, Read, Recite, Review)

Hay cinco pasos:

  1. Examina: Hojea el material asignado. Céntrate en los títulos, las palabras en negrita y los diagramas.
  2. Pregunta: Hazte preguntas relacionadas con el tema.
  3. Lee: Lee el texto con atención. A medida que avanzas, busca las respuestas a tus preguntas.
  4. Recita: Recítate a ti mismo las respuestas a tus preguntas. Escribe incluso notas sobre ellas.
  5. Repasa: Repasa el material releyendo el texto y leyendo tus notas en voz alta.

Método PQ4R

PQ4R es otra de las técnicas de estudio que puede ayudarte a digerir la información que lees. Las siglas vienen del inglés (Preview, Question, Read, Reflect, Recite, Review)

Este método consta de seis pasos:

  1. Vista previa: Hojea el material. Lee los títulos, los encabezamientos y otros textos resaltados.
  2. Pregunta: Piensa en las preguntas relacionadas con el material.
  3. Lee: A medida que vayas leyendo el material, intenta encontrar respuestas a tus preguntas.
  4. Reflexiona: Considera si tienes alguna pregunta sin respuesta o nuevas preguntas.
  5. Recita: Habla en voz alta sobre lo que acabas de leer.
  6. Repasa: Repasa el material una vez más.

Método THIEVES

El método THIEVES (ladrones, en inglés) puede ayudarte a prepararte para leer información. Las siglas vienen del inglés (Title, Headings, Introduction, Every first sentence in section, Visuals and vocabulary, End questions, Summary)

Hay siete pasos de pre-lectura:

  1. Título: Lee el título.
  2. Encabezamientos: Mira los encabezamientos.
  3. Introducción: Hojea la introducción.
  4. Cada primera frase de una sección: Fíjate en cómo empieza cada sección.
  5. Imágenes y vocabulario: Observa las imágenes y las palabras en negrita.
  6. Preguntas finales: Repasa las preguntas del final del capítulo.
  7. Resumen: Lee el resumen del texto.

Hazte preguntas que te hagan reflexionar mientras realizas estos pasos. Después de completarlos, lee el texto.

Estudiar online

Aunque estas tres estrategias de estudio pueden ser útiles en cualquier entorno, estudiar por Internet tiene sus propios retos. Puedes repasar las ventajas y desventajas de estudiar online. A algunas personas, por extraño que parezca, les funciona estudiar con gente online en directo.

El Dr. Tony Bates ha escrito una guía reflexiva y exhaustiva sobre el estudio online, A Student Guide to Studying Online. No sólo destaca la importancia de prestar atención al diseño del curso, sino que también ofrece consejos útiles sobre cómo elegir el mejor programa online y gestionar la carga de cursos.

Técnicas de Estudio - Elige el mejor método

4. Cómo estudiar para un examen

Resaltar los conceptos clave

Buscar la información más importante mientras lees te ayuda a mantenerte atento al material. Esto puede ayudar a evitar que tu mente divague mientras lees.

A medida que encuentres detalles importantes, márcalos con un rotulador o subráyalos. También puede ser eficaz tomar notas a lo largo de los bordes del texto. Escribe en notas adhesivas extraíbles si el libro no te pertenece.

Cuando te prepares para un examen con estas técnicas de estudio, empieza repasando las secciones resaltadas y las notas que hayas anotado.

Resume los detalles importantes

Una buena forma de conseguir que la información se te quede grabada en el cerebro es repetirla con tus propias palabras. Escribir un resumen puede ser especialmente eficaz. Puedes organizar tus resúmenes en forma de párrafo o de esquema.

Ten en cuenta que no debes incluir toda la información en un resumen. Limítate a los puntos clave.

Considera la posibilidad de utilizar diferentes colores en tu documento. Las investigaciones demuestran que la información presentada en color es más fácil de recordar que las cosas escritas en letra normal. Puedes utilizar bolígrafos de colores o repasar tus palabras con rotuladores.

Después de escribir lo que has leído, vuelve a reforzar la información leyendo en voz alta lo que has escrito en tu papel.

Crea tus propias fichas

Para una forma fácil de ponerte a prueba, prepara tarjetas que contengan una palabra clave en una cara y datos o definiciones importantes sobre ese tema en el reverso.

Escribir las tarjetas es una de las técnicas de estudio que te ayudará a aprender la información. Si te examinas a ti mismo con las tarjetas, seguirás reforzando la información.

Lo mejor de las tarjetas es que son fácilmente transportables. Mételas en el bolso, para poder sacarlas siempre que tengas un minuto libre. Es una forma fantástica de dedicar tiempo extra a practicar fuera de tus sesiones de estudio habituales.

Como alternativa a las tarjetas de papel, también puedes utilizar un programa informático o una aplicación para móviles para crear tarjetas digitales que puedas consultar una y otra vez.

Mejora el recuerdo con la asociación

A veces a tu cerebro le viene bien una mano extra para ayudarte a retener la información que estás estudiando. Crear imágenes imaginarias, elaborar rompecabezas de palabras o hacer otros ejercicios mentales puede ayudar a que el material sea más fácil de recordar.

Intenta mejorar el recuerdo con las siguientes ideas:

  • Canta la información con una melodía pegadiza.
  • Piensa en una frase mnemotécnica en la que las palabras empiecen por las mismas letras que las palabras que necesitas recordar.
  • Haz un dibujo que te ayude a establecer una conexión humorística entre la nueva información y las cosas que ya conoces.
  • Imagina cómo sería experimentar tu tema en persona. Imagina las vistas, los sonidos, los olores y demás.
  • Piensa en rimas o trabalenguas que puedan ayudar a que la información se fije en tu cerebro.
  • Visualiza los detalles con un mapa mental tipo web que ilustre las relaciones entre los conceptos.

Absorbe la información en trozos más pequeños

Piensa en cómo memorizas un número de teléfono: divides el número de 9 dígitos en tres o cuatro grupos más pequeños. Es más fácil conseguir que estos trozos se fijen en tu mente que recordar el conjunto como una sola cadena de información.

Puedes utilizar esta estrategia al estudiar, dividiendo una lista en partes más pequeñas. Trabaja para memorizar cada parte como su propio grupo.

Haz tu propia hoja de estudio

Otra de las técnicas de estudio consiste en condensar tus notas más importantes en una sola página es una forma excelente de mantener la información prioritaria al alcance de tu mano. Cuanto más revises esta hoja y la leas en voz alta, mejor conocerás el material.

Además, el hecho de teclear o escribir la información te ayudará a memorizar los detalles. Utilizar diferentes colores o estilos de letra puede ayudarte a imaginar la información más adelante.

Al igual que las tarjetas de memoria, una hoja de estudio es portátil. Puedes sacarla de tu bolso siempre que tengas un minuto libre.

Sé el profesor

Para enseñar información a otros, primero tienes que entenderla tú. Por tanto, cuando intentes aprender algo nuevo, desafíate a considerar cómo se lo enseñarías a otra persona. Luchar con este concepto te ayudará a comprender mejor el tema.

De hecho, puedes incluso reclutar a un amigo, un familiar o un miembro del grupo de estudio para que escuche tu “minilección”. Recitar tu presentación en voz alta a otra persona ayudará a que los detalles se queden grabados en tu mente, y tu audiencia podrá señalar lagunas en tus conocimientos.

Saber cuándo dar por terminado el día

Sí, realmente puedes tener demasiado de algo bueno. Aunque tus estudios son importantes, no deberían ser lo único en tu día. También es fundamental tener una vida social, hacer ejercicio y ocuparte de tus responsabilidades no relacionadas con estudiar.

Los estudios demuestran que pasar demasiado tiempo con la nariz metida en los libros puede elevar tu nivel de estrés, lo que puede tener un efecto negativo en tu rendimiento escolar y en tus relaciones personales.

Estudiar demasiado también puede impedir que hagas suficiente ejercicio. Esto podría reducir tu densidad ósea o aumentar tu porcentaje de grasa corporal.

5. Cómo estudiar mejor

Haz pausas regulares

Las sesiones de estudio serán más productivas si te permites hacer descansos planificados. Considera un horario de 50 minutos de trabajo seguidos de un descanso de 10 minutos.

El tiempo de descanso es una buena oportunidad para levantarte y estirar las piernas. También puedes aprovecharlo para consultar el teléfono o responder al correo electrónico. Sin embargo, cuando se acaben tus 10 minutos, es hora de volver al trabajo.

Al final de una larga sesión de estudio, trata de permitirte un descanso más largo (media hora, quizás) antes de pasar a otras responsabilidades.

Toma apuntes en clase

Otra de las técnicas de estudio es estar atento en clase. Lo más probable es que las cosas de las que habla tu profesor en clase sean temas que él considera bastante importantes para tus estudios. Por tanto, es una buena idea que te conviertas en un minucioso tomador de apuntes.

Los siguientes consejos pueden ayudarte a convertirte en un tomador de apuntes eficiente y eficaz:

  • Cíñete a los puntos principales.
  • Utiliza la taquigrafía cuando sea posible.
  • Si no tienes tiempo de escribir todos los detalles, anota una palabra clave o un nombre. Después de la clase, puedes utilizar el libro de texto para profundizar en estos puntos.
  • Para ser coherente, utiliza el mismo sistema de organización cada vez que tomes notas.
  • Considera la posibilidad de escribir tus apuntes a mano, lo que puede ayudarte a recordar mejor la información. Sin embargo, escribir con un teclado puede ayudarte a ser más rápido o más organizado.

Anotar los puntos importantes es eficaz porque te obliga a prestar atención a lo que se dice durante la clase.

Haz ejercicio primero

¿Crees que el ejercicio tiene el potencial de hacer crecer tu cerebro? Los científicos han demostrado que es cierto.

De hecho, el ejercicio es más eficaz para generar nuevas células cerebrales cuando va seguido inmediatamente del aprendizaje de nueva información.

Hacer ejercicio antes de estudiar también tiene beneficios a corto plazo. La actividad física te ayuda a despertarte para que te sientas alerta y preparado cuando te sientes con tus libros. Aunque te parezca extraño, es un modo de estudiar eficaz.

Repasa y revisa tus apuntes en casa

Si tus apuntes están incompletos (por ejemplo, escribiste fechas sin información adicional) tómate un tiempo después de clase para completar los detalles que faltan. También puedes intercambiar apuntes con un compañero de clase para que puedas captar las cosas que te has perdido durante la clase.

  • Reescribe tus apuntes si necesitas pasarlos a limpio.
  • Reescribirlos te ayudará a retener la información.
  • Añade diagramas o imágenes útiles.
  • Vuelve a leerlos en un día.

Si ves que hay conceptos en tus apuntes que no entiendes, pide ayuda a tu profesor. Puedes concertar una reunión o comunicarte por correo electrónico.

Después de reescribir tus apuntes, dales un buen uso leyéndolos de nuevo en las siguientes 24 horas. Puedes utilizarlos como referencia cuando crees hojas de estudio o fichas.

Empieza por las tareas más difíciles

Seamos sinceros: Hay algunas asignaturas que te gustan más que otras. Si quieres hacer las cosas de forma inteligente, deja las tareas menos difíciles para el final de tus estudios. Hacer primero las cosas más difíciles es una de las mejores técnicas de estudio.

Si dejas las tareas más difíciles para el final, las tendrás pendientes durante toda la sesión de estudio. Eso puede costarte una energía mental innecesaria.

Además, si terminas con tus tareas favoritas, te dará una sensación más positiva sobre tus actividades académicas. Será más probable que afrontes tu próxima sesión de estudio con una buena actitud.

Concéntrate en el vocabulario clave

Para entender realmente una asignatura, tienes que conocer las palabras relacionadas con ella. Las palabras del vocabulario suelen estar escritas en los libros de texto en negrita. A medida que escudriñas el texto, anota estas palabras en una lista.

Búscalas en un diccionario o en el glosario que hay al final del libro. Para ayudarte a familiarizarte con los términos, puedes hacer una hoja de estudio con las definiciones o hacer fichas.

Únete a un grupo de estudio

Estudiar no tiene por qué ser siempre una actividad individual.

Los beneficios de un grupo de estudio incluyen:

  • Explicar el material a los demás.
  • Poder hacer preguntas sobre lo que no entiendes.
  • Preguntaros unos a otros o jugar a juegos de repaso.
  • Aprender el material más rápidamente de lo que lo harías por tu cuenta.
  • Desarrollar habilidades blandas que te serán útiles en tu carrera, como el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
  • Divertirte mientras estudias.

Reúne a algunos compañeros para formar un grupo de estudio.

6. Cómo estudiar para un examen tipo test

Estudia para comprender, no sólo para el examen

Dentro de las técnicas de estudio, estudiar la noche antes de un gran examen suele consistir en intentar memorizar la información lo suficiente como para poder regurgitarla a la mañana siguiente. Aunque eso puede ayudarte a sacar una buena nota en el examen, no te ayudará a aprender realmente el material.

En uno o dos días, habrás olvidado la mayor parte de lo que has estudiado. Habrás perdido el objetivo de tus clases: el dominio de la materia.

En su lugar, comprométete con el aprendizaje a largo plazo estudiando durante todo el curso.

Empieza a estudiar con al menos una semana de antelación

Por supuesto, puede que necesites dedicar un tiempo extra antes de un examen importante, pero no debes dejarlo para la noche anterior.

En su lugar, durante la semana anterior al examen, reserva un segmento de tiempo diario para la preparación del mismo. El estudio regular te ayudará a aprender realmente el material.

Dedica al menos una hora al día a estudiar

A una semana de un examen importante, estudia una hora por día. Si tienes dos exámenes importantes próximamente, aumenta tu tiempo de estudio diario y divídelo entre las dos asignaturas.

El día antes del examen, dedica todo el tiempo posible a estudiar, incluso todo el día.

Reescribe los apuntes de clase

Después de cada clase, deberías haber ampliado tus apuntes y reescribirlos en un formato limpio y organizado. Ahora, es el momento de tomar tus apuntes rehechos y escribirlos de nuevo.

Esta vez, sin embargo, tu objetivo es condensarlas sólo en el material más importante. Lo ideal es que tus apuntes reescritos quepan en sólo una o dos hojas de papel.

Estas hojas deben ser tu principal recurso de estudio durante la preparación del examen.

Crea un esquema de estudio

Una de las técnicas de estudio que te pueden funcionar es crear un esquema. A principios de la semana, haz un esquema largo que incluya muchos de los detalles de tus apuntes. Vuélvelo a escribir unos días más tarde, pero reduciendo el material a la mitad.

Poco antes del examen, escríbelo una vez más; incluye sólo la información más importante. Examínate sobre los detalles que faltan.

Haz tus propias fichas

Otra forma de ponerte a prueba a ti mismo es hacer tarjetas de vocabulario que puedas utilizar para practicar las pruebas escritas.

Primero, lee el término en el anverso. Anímate a escribir la definición o los detalles de ese término. Compara tu respuesta escrita con la que aparece en el reverso de la tarjeta.

Haz problemas y ensayos de muestra de tu libro de texto

Hay otras cosas que puedes hacer para practicar la realización de exámenes tipo test. Por ejemplo, abre tu libro y resuelve problemas como los que esperas ver en el examen.

Escribe también las respuestas a las preguntas de redacción. Puede que en tu libro de texto haya temas de redacción sugeridos.

7. Técnicas de estudio para memorizar

Estudiar justo antes de acostarse

Aunque no deberías pasar toda la noche en vela, estudiar justo antes de acostarte puede ser una gran idea.

El sueño ayuda a consolidar la información en tu cerebro. Los estudios demuestran que es más probable que recuerdes la información 24 horas después si te acostaste poco después de aprenderla.

Justo antes de acostarte, lee tu hoja de estudio, ponte a prueba con las tarjetas de memoria o recita listas de información. Es uno de los mejores métodos de estudio en este caso.

Estudia pequeños trozos a la vez

Si quieres recordar la información a largo plazo, no trates de estudiar todo de una sola vez.

En su lugar, utiliza una de las técnicas de estudio llamada repetición espaciada:

  • Divide la información en partes.
  • Aprende una nueva parte cada vez en el transcurso de días o semanas.
  • Repasa tus adquisiciones anteriores cada vez que estudies.

El cerebro almacena la información que considera importante. Por eso, cuando repasas regularmente un tema a intervalos determinados a lo largo del tiempo, refuerza tu memoria sobre él.

Cuenta una historia

A veces, basta con hacer que la información sea una tontería para que se fije en tu cerebro.

Para recordar una lista de elementos o el orden concreto de los acontecimientos, inventa una historia humorística que relacione esas cosas o palabras. No tiene por qué tener sentido, sólo tiene que ser memorable.

Cambia a menudo de lugar de estudio

Estudiar la misma información en varios lugares ayuda a que los detalles se fijen mejor en tu mente.

Considera algunos de los siguientes lugares:

  • Tu escritorio en casa.
  • Una cafetería.
  • La biblioteca.
  • El patio de tu casa.
  • Un parque.

Lo mejor es alternar entre varios lugares de estudio diferentes en lugar de dar siempre con los libros en el mismo sitio.

Cambia de tema regularmente

Mantener tu cerebro entrenado en la misma información durante largos periodos de tiempo no es beneficioso. Es más inteligente saltar de un tema a otro unas cuantas veces durante una larga sesión de estudio.

En esa misma línea, debes estudiar el mismo material de múltiples maneras. Las investigaciones demuestran que utilizar métodos de estudio variados para un mismo tema te ayuda a rendir mejor en los exámenes.

Ponte a prueba

Desafíate a ti mismo para ver qué puedes recordar. Cuestionarte a ti mismo es como practicar para el examen, y es uno de las técnicas de estudio más eficaces para retener la memoria.

Si te cuesta recordar la información al principio, no te preocupes; la lucha hace más probable que la recuerdes al final.

Ve a la antigua usanza: usa un bolígrafo y un papel

El acto de escribir las respuestas te ayuda a recordar la información. Aquí tienes algunas formas de utilizar la escritura mientras estudias:

  • Vuelve a copiar tus apuntes.
  • Escribe las respuestas de las tarjetas de memoria.
  • Haz una hoja de estudio.
  • Practica escribiendo las respuestas de los ensayos.

Escribir a mano es lo mejor porque requiere tu atención y concentración.

Verlo y oírlo

Si dices la información en voz alta, es más probable que la recuerdes. Estás involucrando a tus ojos al leer las palabras, a tu boca al decirlas y a tus oídos al escucharte.

Los científicos llaman al beneficio de hablar la información en voz alta efecto producción.

Técnicas de estudio para memorizar

8. Los 10 mejores tips para estudiar

Además de las mejores técnicas de estudio, ye presentamos los 10 mejores trucos para estudiar que están avalados por la ciencia. No los pierdas de vista.

1. Toma un café

Tomar café (o la bebida de alto octanaje que prefieras) mientras estudias puede ayudarte a mantenerte alerta para no quedarte dormido a mitad de la sesión. Incluso hay pruebas de que la cafeína puede mejorar tu capacidad de memoria.

Sin embargo, evita las bebidas azucaradas. Estas podrían hacer que tu nivel de energía se desplome en unas horas.

2. Recompénsate

Los estudios demuestran que darte una recompensa por hacer tu trabajo te ayuda a disfrutar más del esfuerzo.

Hazlo de inmediato; no esperes a que termine el examen para celebrarlo. Por ejemplo, después de terminar una sesión de estudio de tres horas, regálate un cono de helado o un baño relajante.

3. Estudia con otros

Trabajar con un grupo de estudio te obliga a rendir cuentas para que sea más difícil procrastinar tu trabajo.

Cuando estudiáis juntos, podéis rellenar las lagunas de comprensión del otro, y podéis interrogaros sobre el material.

Además, estudiar en grupo puede ser divertido.

4. Medita

Puede ser difícil imaginar que se añada algo más a tu apretada agenda, pero dedicar tiempo a las prácticas de atención plena puede ser realmente rentable.

Los estudios demuestran que las personas que meditan pueden rendir mejor en los exámenes, y en general están más atentos.

Las aplicaciones de mindfulness pueden ayudarte a iniciarte en esta práctica.

5. Ve al gimnasio

Sí, esta es una de las técnicas de estudio recomendadas. Para aumentar el flujo sanguíneo a tu cerebro, haz media hora de ejercicio cardiovascular antes de sentarte a estudiar.

El ejercicio aeróbico proporciona a tu cerebro una gran dosis de oxígeno y otros nutrientes importantes, lo que puede ayudarte a pensar con claridad, a recordar hechos y a realizar tu mejor trabajo.

6. Pon algo de música

Escuchar música puede ayudarte a concentrarte. Los estudios demuestran que la mejor música para estudiar es cualquier cosa que tenga un ritmo.

Es inteligente elegir un estilo que te guste. Si te gusta la música clásica, está bien, pero también puedes optar por la electrónica o los solos de piano modernos.

7. Coge algunas nueces

Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 ayuda a tu cerebro a trabajar mejor.

Algunas buenas fuentes son:

  • Pescado: aceite de hígado de bacalao, salmón y caballa.
  • Semillas de lino.
  • Nueces.
  • Verduras: espinacas y coles de Bruselas

Para calmar el nerviosismo previo al examen, come una mezcla de alimentos con omega-3 y omega-6.

8. Haz descansos regulares

Tu cerebro necesita un tiempo de descanso. No intentes esforzarte durante horas. Cada hora, tómate un descanso de varios minutos.

Las pausas son buenas para tu salud mental. También mejoran tu capacidad de atención, tu creatividad y tu productividad.

Durante una pausa, es mejor moverse y hacer un poco de ejercicio.

9. Duerme un poco

Aunque estudiar es importante, no puede ir en detrimento de tu descanso. El sueño da a tu cerebro la oportunidad de procesar la información que has aprendido ese día.

Si no duermes lo suficiente, te costará concentrarte y recordar la información.

Incluso durante las semanas de exámenes, intenta dormir entre siete y nueve horas cada noche. Es una de las técnicas más importantes para rendir bien.

10. Elimina las distracciones

Es difícil estudiar mucho cuando estás ocupado haciendo scroll en Instagram. Aparta el teléfono y el ordenador mientras estudias, o al menos bloquea las aplicaciones de las redes sociales.

Apaga también la televisión mientras trabajas.

Si estudias en una zona ruidosa, ponte unos auriculares que te ayuden a bloquear los sonidos que te distraen.

Después de aprender todas estas técnicas para estudiar, puedes ponerlas en práctica con uno de los cursos que tenemos publicados en cursoverso.com. Si te interesa alguno o quieres información sobre cualquier otro, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través del formulario.

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